Según la Fiscalía, el fenómeno social de las desapariciones ocurridas en Ecuador responde, en la mayoría de los casos, a motivaciones voluntarias especialmente entre la población adolescente.
Conflictos familiares, de estudios, económicos, migratorios hacen que muchos jóvenes ecuatorianos abandonen sus hogares y queden expuestos a un sin número de riesgos.
Sin embargo, aunque en un menor porcentaje, existen también las llamadas “desapariciones involuntarias” asociadas a actos delincuenciales o actividades ilícitas como: secuestros, tráfico de personas, homicidios, asesinatos, entre otros.
Para agilitar estos procesos de búsqueda y encontrar respuestas que devuelvan la tranquilidad a sus familias, en diciembre del 2013 se creó la Fiscalía Especializada en Investigación de Personas Desaparecidas.
Esta Unidad la componen cinco fiscales con su respectivo equipo de trabajo y uno en cada provincia a escala nacional. Ellos conjuntamente con personal de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida y Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), de la Policía Nacional indagan para determinar qué ocurrió con la víctima.
En lugares inaccesibles, quebradas, botaderos de basura, en diferentes climas y lugares, el personal que participa en las búsquedas se aventura con la misión de conseguir nuevos indicios.
De enero del 2013 a diciembre del 2014, la Fiscalía resolvió el 93% de 19.515 casos por desapariciones. El 7% restante corresponde a 1.365 personas, a quienes aún se busca.
Las historias detrás de las cifras…
Una última llamada, una última nota, un último adiós… es lo que conservan los familiares de Alex Sisalema Ontaneda, Boris Llumitaxi Simbaña, Paúl Flores Guamán, Daniel Guanuche Jaramillo y David Romo Córdova.
Los cinco como muchos otros en Ecuador, desaparecieron sin dejar rastro.
Contenido publicado originalmente en Fiscalía General de Estado
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