30 de agosto de 2016

Día Internacional de la Desaparición Forzada: un año más sin respuestas

Quito, 30 de agosto de 2016

Comunicado


“Dónde estés, dónde estés,
 te encontraré,
Quién se llevó mi amor
solo dejó dolor
Quien se llevó la luz,
quién se llevó mi sol
 solo dejó dolor
Dónde estés, dónde estés,
te encontraré
Hoy nació una lucha que terminará
cuando nos reunamos otra vez”.[1]



Hoy, 30 de agosto, al conmemorarse el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas queremos expresar nuestro profundo dolor al ver que ha pasado un año más y nuestros seres queridos aún continúan desaparecidos.

Nos sumamos a las miles de familias del mundo que exigen verdad y justicia para encontrar a sus hijos, padres, madres, tíos, compañeros, sobrinos, amigos, novias …que fueron desaparecidos un día, cortando sus sueños, su vida y alejándolos de sus familias que hemos hecho de nuestra vida una bandera de lucha para conocer ¿Dónde están? ¿Quién se los llevó?  ¿Por qué?

Miles de veces hemos repetidos estás preguntas y la respuesta es el silencio. A la fecha el Estado ecuatoriano no ha logrado reponder dónde están nuestros seres queridos, esto pese a la creación de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones Extorsión y Secuestros (Dinased) y la Unidad de Personas Desaparecidas, unidades que carecen de capacitación para resolver los casos de personas desaparecidas.

Vemos con tristeza e indignación que traten a nuestros familiares desaparecidos como frías estadísticas  y no como seres humanos llenos de vida con familias, sueños, tristezas y alegrías. Las estadísticas sirven para dimensionar el fenómeno  y con ello crear políticas que permitan resolver, sancionar y prevenir. Sin embargo, a la fecha estas estadísticas son meros número vacíos que se contradicen entre sí.

Hoy como todos los días queremos recordarles que no estamos todas ni todos. Que nos hace falta César Gustavo Garzón Guzmán,  escritor ecuatoriano de 32 años que fue desaparecido el 10 de novimebre de 1990, en la ciudad de Quito.  Alexander Adrián Romo Basantes, un niño de 2 años y 8 meses que fue desaparecido el 6 de noviembre de 1994, en el centro histórico de Quito.  Luis Daniel Sigcho Ñacato, un joven de 25 años, estudiante de la Universidad Central del Ecuador  que desapareció el 4 de octubre de 2008, en San Rafael. Giovanna Paulina Pérez Constante, joven de 19 años, desaparecida el 4 de diciembre de 2010, en Ambato. Leonor María Ramírez López, una madre de 73 años desaparecida el 29 de abril de 2011, en Quito. Telmo Orlando Pacheco Aguilar, un joven ecoturista de 33 años que desapareció el 3 de noviembre de 2011, en la ciudad de Loja. Camilo Carlos Antonio Tobar Abril, un padre de familia de 51 años que desapareció el 17 de abril de 2012, en Quito. Stephany Carolina Garzón Ardila, una joven colombiana de 22 años que fue vista por última vez el 28 de abril de 2012, en Quito. Juliana Lizbeth Campoverde Rodríguez, de 19 años, desaparecida el 7 de julio de 2012, en Quito. Luis Alfredo Vélsquez Cevallos, de 22 años, desapareció el 2 de septiembre de 2012, en Quito. Byron Eduardo Rocano Ocampo, de 27 años, desaparecido el 4 de junio de 2013, en el sur de Quito. Christian Antonio Acevedo, de 52 años, desaparecido el 21 de abril de 2014, en Quito.  

A la fecha, según la Fiscalía General del Estado se registran 1718 personas desaparecidas en el país y hasta el momento se desconoce cuál es su paradero.

También queremos denunciar hoy que seguimos exigiendo justicia para José Francisco Salazar que desapareció el 26 de septiembre de 2014 y fue encontrado sin vida por sus familiares el 10 de octubre de ese mismo año. María Beatriz Córdova desapareció el 26 de enero del 2006 en la ciudad de Latacunga y luego fue hallada si vida. Justicia y verdad para Oswaldo Chapanta, Angie Carrillo, Roberto Estévez y Luz Esthela Meneses, personas desaparecidas encontradas sin vida.

Vemos con preocupación que el fenómeno de la desaparición esta latente en nuestra sociedad y hoy, una vez más, conscientes de la complejidad que trae consigo la desaparición de personas y en un afán de aportar lo que la experiencia dolorosa de estos años nos ha enseñado, llamamos al Estado ecuatoriano, de manera especial a la Fiscalía General del Estado, Ministerio del Interior, Ministerio de Justicia, Dinased y a la Defensoría del Pueblo para:

1.      Que reconozcan de manera interna y pública que existen gravísimas deficiencias institucionales para la atención efectiva e integral de casos de personas desaparecidas y de manera particular para el trato hacia los familiares. Que de manera coordinada, rigurosa y sistemática, garantizando la participación de familiares, organizaciones de víctimas y organizaciones sociales de derechos humanos, generen espacios de discusión y planeación de estrategias, instrumentos y estructuras institucionales, que sean funcionales, eficaces, eficientes e idóneos. Sin descalificar que las y los familiares a través de estos años de dolor, lucha y de búsqueda de los/as nuestros/as hemos adquirido conocimientos, herramientas, destrezas que queremos y podemos compartir con el Estado y que él no contar con títulos de investigadores o abogados no invalida nuestro aporte.

A este respecto instamos a los representantes de carteras de Estado e instituciones públicas y a sus funcionarios a que valoren e incorporen las críticas, recomendaciones y exigencias que realizamos las/los familias, organizaciones de víctimas y organizaciones sociales de derechos humanos sobre el quehacer estatal sobre su desempeño. Que no utilicen argumentos o señalamientos infundados o que buscan menospreciar o sembrar duda sobre la legitimidad de la lucha que tenemos los/las familiares.

2.      Que se realice el levantamiento de estadística cuantitativa y cualitativa actualizada en el nivel nacional sobre los casos de desaparición de personas y la misma con la participación de familiares, organizaciones de víctimas y organizaciones sociales de derechos humanos, que está sea analizada de manera exhaustiva, crítica e interdisciplinaria con el objeto de desarrollar políticas públicas de prevención y erradicación.

3.      Que se establezca un registro nacional de personas desaparecidas y un registro nacional de restos no identificados (NN), en cuya construcción y supervisión también participen las organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos. Se garantice que los familiares, abogados, defensores de los derechos humanos y cualquier otra persona interesada tenga pleno acceso a este registro. En particular, asegurar que en el registro se documente de manera precisa el fenómeno de la desaparición de casos ocurridos en áreas rurales, de mujeres  personas migrantes.

4.      Que se tomen todas las medidas necesarias para que no se entreguen a universidades, se entierren o se incineren los restos mortales que podrían pertenecer a personas desaparecidas sin haberlos antes identificado de manera científica y de acuerdo con los estándares internacionales y si no se cuenta con el consentimiento de la familia.

5.      Que con la participación activa de familiares, organizaciones de víctimas y organizaciones sociales de derechos humanos el Estado ecuatoriano realice una evaluación a la luz de los estándares del Derecho Internacional sobre la eficacia, ineficacia, existencia o inexistencia idónea y efectiva de procedimientos, planes, mecanismos de búsqueda e identificación de las víctimas. Y se desarrollen procesos y procedimientos que incluyan indicadores de resultado que sean evaluados pública y periódicamente.

6.      Que Fiscalía y Dinased adopten con urgencia en sus procedimientos los estándares del Consenso de Principios y Normas Mínimas de Trabajo Psicosocial para víctimas de desaparición forzada.

7.      Se destine mayores recursos para la capacitación y contratación de personal calificado, así como recursos humanos y herramientas especializadas para la investigación de casos de desaparición de personas.

Finalmente, queremos expresar nuestra solidaridad con la familia de Andrés y Santiago Restrepo Arismendi desaparecidos el 8 de enero de 1988; con la familia de Gustavo Garzón desaparecido el 10 de noviembre de 1990, y con todos las familias de las personas desaparecidas que lucharon para que en 1997 se construya el Monumento a los Desaparecidos, en el parque El Arbolito, en la ciudad de Quito, en homenaje a las víctimas de delitos de lesa humanidad en el Ecuador.

Queremos expresar nuestro rechazo ante la remoción del monumeto. Quedamos atentos de que este hecho no sea un intento de borrar la memoria de las y los desaparecidos sino que su remoción tenga como propósito el mantenimiento y restauración de la escultura con la supervisión de la autora Dolores Andrade, como ha señalado el Municipio.


Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec) por justicia, verdad y memoria. 






[1] Canción: Niños desaparecidos de Ariel Farias. 

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