Hoy, 7
de octubre de 2015, se cumple 889 días de la desaparición de mi adorado hijo, Santiago
David Romo Córdova. Hasta el día de hoy no hay respuestas de su paradero y me
pregunto ¿Por qué sucede esto?, si las personas no se esfuman, no desaparecen.
Estoy convencida que la respuesta correcta es que las investigaciones no han
sido llevadas de manera profesional.
El
día de ayer, 6 de octubre, debían recibirse varias versiones de personas que
supuestamente podrían dar información del paradero
de mi hijo y que el Dr. César Mencías Romero, fiscal encargado del caso, por
licencia de vacaciones del titular Jorge Flores, dispuso el 21 de septiembre
del 2015, a las 15:20.
Los agentes Gabriel Mendoza y Jorge Padilla Moyolema debían
localizar y notificar a cada uno de los versionistas. Sin embargo, no fue
así. A las 09:00, 10:00, 14:30 y 15:30 los llamados a
rendir versión no comparecieron. En el expediente no constan ni los partes
policiales de notificación ni las boletas que den cuenta que los versionistas
firmaron la recepción de las boletas respectivas. Esto viene a constituir otra
farsa y burla a la administración de justicia.
Lo
más indignante es que quien dirige la investigación, el fiscal Jorge Flores
Moreno indica que no puede hacer nada; cuando desde el lunes 5 de octubre del
2015, que se reintegró a sus funciones, debió ponerse al tanto de lo que había
ocurrido en su ausencia y requerir a los agentes investigadores, nombrados
anteriormente, la información sobre las diligencias previstas para esta semana.
Insensibilidad,
falta de compromiso con el cargo que ostentan, negligencia, denegación de
justicia, error inexcusable …
La
vida de una persona está en juego, quien está desaparecido 889 días es mi hijo
David Romo Córdova.
Todo
esto es complicidad con la impunidad de la desaparición de David Romo y esto
también sucede en los otros 1600 casos
de personas desaparecidas, cuyos expedientes crecen en papel: en diligencias no
cumplidas por falta de notificación, en desacatos de órdenes y en pérdida de tiempo de los sujetos que
intervienen en la investigación. Complicidad con la impunidad cuando
irónicamente el titular de la acción manifiesta: "No puedo hacer
nada".
Buscarlos,
denunciar que siguen desaparecidos, es mantener viva la memoria de las personas
desaparecidas. Es una tarea de tenacidad para no ser cómplices de la impunidad.
No desapareció cualquier objeto, desaparecieron nuestros hijos y por ellos seguiremos exigiendo: memoria, verdad, justicia y reparación.
“Nunca más desaparecidos en Ecuador”.
Alexandra
Córdova, madre de David Romo desaparecido
el 16 de mayo de 2013, en el sector de la Mitad del Mundo,
en el norte de Quito.
099-99-08470
Alexandra Córdova en la Plaza Grande. |
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