Por Alejandra Morales,
reportera de Ayúdanos a encontrarlos – Rayuela Radio
César Herrera desapareció el 28 de abril. Foto: Redes sociales |
César Marino Herrera
Molina salió de su casa, como de costumbre, a las 10:30 de la mañana para
dirigirse a los talleres de dos clientes,
ya que él es técnico industrial y trabaja en mantenimiento de maquinarias. Debido
a esta actividad su horario como sus lugares de trabajo no son fijos.
El día que desapareció,
martes 28 de abril de este año, previa a la salida de su casa informó que tenía
que visitar a dos clientes. Pero los clientes contaron a los familiares que no
llegó a los talleres donde lo esperaban. La familia Herrera Molina se dedica a
la compra y venta de máquinas industriales por lo que el padre de familia se
dedica a dar mantenimiento a las máquinas.
El 28 de abril, a las
11:30 de la mañana, un familiar lo vio en un autobús de la cooperativa
Vencedores, a la altura de la fábrica Pilsener ubicada en la avenida Rodrigo de
Chávez. Sin embargo, Herrera y el familiar solo saludaron.
María Herrera, hija de
César, confirmó que el día que su padre desapareció no sacó una camioneta que
utiliza para movilizarse ya que tenía pico y placa, por esta razón su hija
estuvo todo el día pendiente realizando llamadas al celular de su padre.
A las 14:00 habló con
su hija y le dijo que estaba trabajando. A las 15:00 la hija llamó nuevamente a
su padre y el teléfono celular solo timbraba sin recibir respuesta. Lo mismo sucedió
a las 16:00 horas. Pero la preocupación aumentó a las 18:00 cuando el teléfono
ya no timbró y las llamadas de la familiar fueron dirigidas al buzón de
mensajes.
César Herrera vive al
sur de la ciudad de Quito, en el barrio Caupicho cerca de Guamaní, con su
esposa y nieta. Junto a él vive su hija mayor y los dos hijos de ésta.
El técnico industrial,
el martes 28 de abril, vestía una camiseta color celeste claro, un jean negro,
usaba zapatos tipo botas color café. En una de sus manos llevaba una chompa
negra y en la otra un maletín con herramientas que utiliza para el mantenimiento
de las máquinas de sus clientes.
César Herrera Molina
tiene dos pasatiempos: el fútbol y el atletismo. Sus familiares afirman que él
no tiene ningún vicio y que nunca había fallado a casa hasta el 28 de abril,
día en que desapareció. Su esposa mantenía la esperanza de que ese día hubiese
sido inquietado por algún amigo, por lo que lo esperaron en vigilia hasta las
4:00. A pesar de esto, él no regresó.
Al día siguiente, miércoles
29 de abril, la esposa del técnico fue a buscar algún indicio en los lugares
donde su esposo brinda sus servicios, pero no encontró ninguna respuesta
afirmativa.
César Marino Herrera
Molina tiene la tez trigueña, sus ojos son rasgados y de color café oscuro. Tiene
62 años y una mancha característica, parecida al paño gestacional, en el lado
derecho de su rostro, bajo su ojo. Su cabello es rizado y corto.
Desde la Fiscalía la
familia Herrera Molina fue direccionada hacia la Dirección Nacional de Delitos
contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros
(Dinased), donde les asignaron un agente especializado en búsqueda. Junto al agente la familia participó de las
investigaciones en Zámbiza.
En este sector
encontraron dos personas que confirmaron haberlo visto, sin embargo no están
seguros de la fecha.
Esta semana María
Herrera recibió la noticia, de parte de uno de sus clientes, que su padre probablemente
se encuentra en Machachi, a pesar de
esta buena nueva tampoco confirmó la fecha en que lo vio.
Sus familiares piden que
si alguien tiene información comunicarse al 0994422158.
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