18 de enero de 2015

Mil días de intenso dolor

Son MIL DÍAS desde aquel trágico 28 de abril del 2012, en que mi preciosa niña ha desaparecido misteriosamente sin dejar rastro, donde la hipótesis de la Fiscalía fue el ahogamiento en el río Machangara basada en dos testigos que dicen haberla visto: uno que no ve y el otro que tiene cualquier cantidad de contradicciones, y en una prueba encontrada por el agente investigador presumiblemente de mi hija colectada sin ninguna técnica, sin ninguna rigurosidad, sin tener en cuenta la cadena de custodia, sin tener en cuenta más diligencias y posibles hipótesis.


Carolina Garzó



Son MIL DÍAS de intenso dolor, incertidumbre, tortura, días eternos, noches eternas de insomnio, esperando que amanezca para continuar en la búsqueda.  Esperando buenas noticias, esperando a que llegue, esperando que la Fiscalía y Policía hagan su debido, correspondiente trabajo, una búsqueda e investigación exhaustiva, verdadera, pero acumulan y acumulan papeles. Dicen que han hecho cualquier cantidad de diligencias, que ya han hecho bastante, pero no se ven los resultados.  Mi hija no aparece, mientras no aparezca mi hija todo lo que se haga no será suficiente, será infructuoso. Continuáremos en esta ardua lucha, exigiendo, reclamando por verdad y justicia. No descansaremos hasta encontrarla.

SON MIL DÍAS DE IMPUNIDAD, INDOLENCIA, VIVA SE LA LLEVARON, VIVA NOS LA DEVUELVEN.



Mi amada hija Carolina, como duele tu ausencia, como duele llegar a casa y no verte. No encontrarte, el no tenerte a mi lado, el no saber nada de ti. Cuando salgo te busco entre la gente, en todo lugar pero es inútil, mi niña preciosa, pero el inmenso amor que por ti siento me impulsa día a día a estar de pie, a seguir con más fuerza, fe y esperanza. Luchando hasta encontrarte.

Carta de Alix Ardila  busca a su hija Carolina Garzón 
desaparecida desde el 28 de abril de 2012, en Quito.

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