María Paula Ganchozo González desapareció hace 2 meses de su hogar, ubicado en una urbanización privada. Dejó el celular y no se conecta a las redes sociales.
Rosa González conversa con un agente de la Dinapen para darle detalles de la desaparición de su hija. Foto: Cortesía
María Paula Ganchozo González, de 14 años, está desaparecida desde noviembre de 2014. La incertidumbre desespera a su madre, la abogada Rosa González, quien labora como secretaria en la Fiscalía de Durán (Guayas).
Desde esa fecha la menor, quien es hija única, no se ha comunicado; es más, ni siquiera se ha conectado a las redes sociales. La progenitora comenta que no han recibido alguna llamada que les dé una pista de dónde se encuentra. “Solo quiero que regrese. No me importa lo que haya hecho durante este tiempo, solo quiero saber que está bien”.
Además, indicó que le perdonaría cualquier cosa y que la apoyaría en algún problema. “Me imagino de todo. Tal vez está embarazada, me la conquistaron, o también le puede estar pasando algo malo, o la obligan a hacer cosas malas, a lo mejor en otra provincia y por eso no se comunica”, dijo.
Deiber Castillo, agente de la Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), manifestó que se realizan diligencias como toma de versiones a testigos, amigos y a las últimas personas que la vieron, entre otros.
“Aún hay presunciones de la menor, ella no da ningún indicio. No se ha conectado a Facebook, pero puede tener otra cuenta, los jóvenes ahora suelen tener 3 o 4 perfiles”, indicó.
Añadió que han recuperado adolescentes en otros países. “Pueden darse casos de trata de personas, o que los usen en venta de drogas”.
Hace poco, personal de la Dinapen recuperó a 3 menores, de 14 y 15 años, que abandonaron sus hogares, ubicados en Panguinza, provincia Zamora Chinchipe, y las entregaron a sus padres.
Franklin Muzzio, fiscal de Durán, está a cargo del caso hace una semana. “Ya empezaremos las diligencias”, sostuvo.
Rosa González reveló que la noche del domingo 16 de noviembre estaban en su vivienda, ubicada en la urbanización Bonaterra, en la vía a Salitre, en Daule, (Guayas), y se fue a dormir cerca de las 22:00. Su hija se quedó viendo televisión, como de costumbre.
María Paula Ganchozo esta en segundo curso. |
A la mañana siguiente, cuando fue a despertarla, no la encontró en la cama. Empezó a buscarla por la ciudadela, les preguntó a las vecinas, a las amigas, pero nadie la había visto. Se dirigió a la garita de seguridad y los guardias le dieron la noticia de que su hija había salido casi a las 22:45 con una mochila negra con lila y un bolso gris. La adolescente vestía una chompa gris, un bluyín, zapatos deportivos.
“Ellos le preguntaron que a dónde iba y ella les dijo que a coger un taxi en la esquina”. Abrumada expresó que su hija nunca amenazó con irse de casa, es más, cuando se enteraba de que eso pasaba en otra familia, reprochaba la actitud de los hijos que dejan a sus padres, los llamaba locos. “Todo estaba bien, yo solo la había retado porque no estaba bien en las notas”, añadió.
Rosa, desde ese día, no descansa en la búsqueda. “Las amigas del colegio no saben nada. Me presentaron a algunos amigos, a un supuesto enamorado, pero tampoco sabe. Mi hija no se llevó el teléfono, ni su tablet, ahí tampoco hay pistas. Tengo tantos temores. Lloro todos los días, hasta he doblado rodillas suplicando”, manifestó.
En 2014, en Ecuador desaparecieron 4.592 personas, de quienes 4.184 fueron halladas entre vivas o muertas, o sea el 91% de respuesta, según reportes de la Dinased.
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