En cada hospital, albergue y morgue recibieron la misma respuesta: 'Su papá no está aquí'.
Guillermo Sarzosa muestra la foto de su padre de 64 años. |
Guillermo Sarzosa, de 64 años, estuvo desaparecido desde julio del 2013 hasta el 3 de junio pasado. Durante todo ese tiempo, su familia lo rastreó y hasta contrataron un detective cuando recibieron la noticia de que alguien lo había visto en Manabí.
Pero la ilusión de encontrarlo con vida se desmoronó tras una llamada telefónica. Un agente de la Policía le informó al hijo de Sarzosa, quien lleva el mismo nombre, que su padre ya había aparecido. 'Casi un año estuvo en la morgue y nosotros seguíamos buscándolo', asegura el hijo de 31 años.
El joven lo reconoció por el tatuaje de dragónque el cadáver en descomposición tenía en su antebrazo. Sarzosa fue quien tatuó a su padre hace muchos años. En cambio, el rostro estaba irreconocible.
'Ya no tenía piel, era solo carne pegada al hueso', asegura. El hijo aún no sabe por qué nadie le informó que su papá estaba muerto y que se encontraba en un congelador de Medicina Legal, en el norte de la ciudad. Sobre todo, cuando su padre había sido ingresado con sus nombres y apellidos.
El jefe de la Dirección de Delitos contra la Vida(Dinased), Carlos Alulema, tampoco sabe qué sucedió en este caso. Dijo que se requiere un 50% más de agentes en la Unidad que investiga las muertes violentas y las desapariciones.
Actualmente son 246 agentes a escala nacional.
El hijo cuenta que tras hallar a su padre, tardó una semana en recuperar el cuerpo para darle sepultura. 'Me pidieron papeles, me tocó ir de la Policía a la Fiscalía y luego a Medicina Legal, una y otra vez. Esperé hasta dos horas hasta que los funcionarios regresaran del almuerzo para que me firmasen un papel'.
Anunció que denunciará lo que cree fue una mala investigación. Además, aún no sabe cómo murió su padre. Redacción Seguridad
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