Pleno de la Asamblea. Foro "Juntos hasta encontrarlos".Foto: Alex Ocaña |
Si los fiscales y
policías se encuentran capacitados para resolver casos de desapariciones, si
las estadísticas están unificadas, si existe una base de datos unificada, si el
sistema de recompensas 1800 delito funciona, si los funcionarios no son indolentes,
si lo protocolos para la búsqueda de personas que no han regresado a casa están
unificados y si las investigaciones fueran céleres y profesionales nuestros
seres queridos estarían ahora en casa o en un lugar donde colocar una flor, no
desaparecidas ni desaparecidos y la lista de personas alejadas de su hogar no
iría creciendo día a día.
Decir que están
trabajando, que las investigaciones avanzan, que no son 4402 los desparecidos,
sino 1502 porque hicieron un trabajo quirúrgico para identificar esta nueva
cifra es un insulto a la memoria de nuestros familiares desaparecidos y un acto
indolente contra las decenas de familias que todos los días buscamos a nuestros
hijos, hijas, madres, padres, hermanas, amigos…desaparecidos.
Nosotros como
familiares de personas desaparecidas sí sabemos y conocemos a nuestros
familiares desaparecidos, porque ellos son más que una estadística fría, son
vidas que fueron truncadas. En las estadísticas presentadas por el delegado del
ministerio Interior Tomás
Guayasamín en el foro “Juntos hasta encontrarlos”, se dijo: “Con la
Fiscalía hicimos la revisión de todas las denuncias que han sido levantadas,
desde 1970 y encontramos que 37.000 casos se resolvieron, fueron localizadas
las personas, lo que significa el 96%, y están en investigación 1.511 casos”,
precisó, al tiempo de señalar que de los casos localizados, el 92% desapareció
voluntariamente, el 6,2% sin voluntad y lastimosamente el 1,8% por razones de
muerte. De acuerdo con los datos expuestos por Guayasamín, de los 1.511 casos
en investigación se puede constatar que las provincias de Guayas y Pichincha
son las principales donde se reportan estas denuncias, mientras que por grupo
etario corresponden a niños el 25%, adultos el 46%, adultos mayores el 7%, y sin datos el 22%, estos últimos es
porque la denuncia no arrojó la información necesaria. Por ejemplo, no dieron
los nombres completos”.
Es decir, que de
este 22% ni siquiera se sabe el nombre, entonces ¿cómo buscarlos, cómo
registraron su desaparición, el personal estuvo capacitado al momento de
receptar la denuncia? En la estadísticas emitidas en julio de 2016,
la Fiscalía
General del Estado en su reporte informó que desconocía la edad de 180
personas desaparecidas, entonces nosotros nos preguntamos están buscando
realmente a estas personas y si lo hacen cómo las buscan, si no saben si es niño, un adulto, un joven o
una persona de la tercera edad.
El jueves 13 de
diciembre de 2017, se realizó el foro
sobre personas desaparecidas y la viceministra de Justicia Lucy Blacio; y la
representante de la Defensoría Pública hablaron de la necesidad de unificar esfuerzos
entre la Fiscalía y los entes gubernamentales para establecer acciones
conjuntas, a fin de esclarecer las desapariciones. Este argumento, lo hemos
escuchado decenas de veces y volver a escucharlos no nos da aliento, más bien nos muestra que el camino
quizá sigue en palabras y no en práctica.
Además, esta
situación se empeora cuando nos revictimizan y buscan que iniciemos un proceso
de duelo. Cómo lo hacemos, si vivimos en la incertidumbre de no saber dónde
están, qué les pasó, si siguen con vida o ya no. El duelo no es posible
mientras no los encontremos.
Es necesario
investigar de forma diligente y adecuar el marco normativo para que se
tipifique la de la desaparición
involuntaria en el Código Orgánico Integral Penal (Coip) y así garantizar
judialización de los casos. También, como hace cinco años, creemos que es
necesario la capacitación de la fiscalía y policía; crear la base de datos NN y
unificar protocolos de búsqueda.
Telmo Pacheco, presidente de Asfadec 0987704869
Lidia Rueda, Asfadec 0995601228
Telmo Pacheco, presidente de Asfadec 0987704869
Lidia Rueda, Asfadec 0995601228
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