15 de julio de 2015

A tres años de impunidad: ¿Dónde está Juliana Campoverde?

Juliana la niña de mis ojos, la hija, la amiga, la hermana, la estudiante, la mujer emprendedora y cariñosa, la que sabe lo que quiere, la que siempre se preocupa por sus padres y hermanos, la que sabe vivir cada segundo de su vida, la que lucha para seguir adelante, la mujer alegre y sin límites para ayudar a los demás…Juliana ¡Hoy no está!

Ese 7 de julio de 2012 todo parecía normal. Mi hija y yo salíamos a nuestros trabajaos, eran casi las 09:00 cuando nos despedimos, en la Av. Mariscal Sucre y Ajaví, en el sur de Quito. Tan solo cinco cuadras tenía que caminar mi hija para llegar a su negocio. Nunca llegó. Y desde ese 7 de julio la pregunta de todos los días sigue siendo la misma: ¿Qué pasó con ella?  ¿Quién se la llevó? En el caso siguen sumando promesas pero no hay avances.

Hoy son ya 3 años y 11 días buscándola. Preguntando ¿Quiénes fueron las personas que sin escrúpulos alguno la privaron de la libertad? Le truncaron todos sus sueños… Al inicio me dijeron que ella se fue por voluntad, que ya volvería, pero la conozco y sé que se la llevaron a la fuerza, que se fue contra su voluntad. La engañaron, le mintieron, se la llevaron… A esas autoridades que me dijeron que te fuiste les dimos todos los datos que habíamos recabado: con quienes andabas, quien te vio por última vez, pero nada. No sé qué harían ellos  si se le llevan a uno de sus hijos…ojalá nunca tengan que pasar este dolor.

A veces entro a su cuarto vacío y me preguntó ¿Cuándo volverá? Pienso en ella ¿Comió, durmió, tendrá miedo, pasará dolor? Y me pasó el día contando los minutos esperando su regreso. En las largas noches frías cuando mi cuerpo trata de descansar, mi alma sale a buscarla, hasta por los más profundos lugares de la tierra y no puedo encontrarla. Al amanecer lo único que quiero es gritarle al mundo que me devuelvan a mi hija son 1. 106 días y noches que mi mente no descansa y surgen miles de preguntas sin respuestas. Hoy solo sé que mi July, mi princesa, mi niña adorada aún no ha regresado.

Pero no me canso, en medio de todas las trabas de la burocracia, de los expedientes acumulados, de las respuestas sin fundamento, de las instituciones públicas, de las promesas incumplidas de fiscales y agentes, de contestaciones diplomáticas y vacías de los funcionarios de turno. Yo no me canso, yo no tengo una guerra perdida, yo te busco, te llamó,  te reclamo, te voy a encontrar…

Yo y mi familia seguiremos esta incansable búsqueda hasta encontrarla y saber qué pasó con ella. En esta búsqueda seguiremos denunciando incansablemente las omisiones que Fiscalía y Policía cometieron en este caso y que a día de hoy tienen como resultados que Juliana no esté con nosotros. Seguiremos exigiendo respuestas eficaces y motivadas, especialización de fiscales y de agentes y servicios especializados para las víctimas porque no estamos pidiendo favores, porque no se nos extravió un documento. Aquí estamos exigiendo derechos, buscando a nuestros hijos, buscando a Juliana.




Por eso ni la incertidumbre ni la impotencia me vencerá, lucharé hasta los últimos días de mi vida para que me den una respuesta. Son 3 años y 11 días  de la incansable búsqueda de mi hija Juliana. Cansada de escuchar promesas falsas, cansada de que se burlen de mi dolor, cansada de la injusticia y de la indolencia de las autoridades pero jamás derrotada por el amor a mi hija.

Por eso, por el inmenso amor que tengo por mis tres hijos es que me mantengo vivía y llena de esa luz que se llama esperanza y el clamo que la felicidad brille nuevamente para todos los que en casa te esperamos. Juliana parte de mi vida se fue contigo pero seguiré todos los caminos que falten por recorrer hasta que me digan la verdad y se haga justicia.

Justicia por Juliana y por tantas otras mujeres que como hija puedan desaparecer en las manos de hombres que con engaño y mentiras retiene, privan, ciegan, mutilan…

Por ese amor a mis hijos, por amor Juliana, por los cientos de desaparecidas y desaparecidos que no encuentran el camino de regreso a casa, no permitiré que el caso de mi hija quede en la impunidad. Tengo la certeza de seguir contando con la solidaridad de las organizaciones que han ofrecido su apoyo y acompañamiento con el apoyo de los hombres y mujeres transparentes y nobles que este doloroso camino me ha permitido conocer. A algunos nos une el mismo dolor porque también buscan a sus hijos, a sus hijas, otros y otras han llegado solidarios y esperanzados a dar su mano, su fuerza, sus palabras de aliento. A todos ellos y ellas que en estos tres años me han acompañado mi inmensa gratitud. A mi familia todo mi amor por su paciencia, por su apoyo y por su abrazo.

Pasan los días y no dejo de preguntarme dónde estás hija mía. Al pensar mi mente se desvanece y el anhelo de encontrarte hace que te mire en todas partes. Al acercarme no estás o no eres tu hija mía. Se congela mi alma y no resisto, mis ojos se empañan en lágrimas y no puedo ver más allá, confundida y dolida sigo mi camino con la única meta de llegar hasta el final y encontrarte.

Juliana quiero que sepas que desde que no estás no hemos dejado de buscarte. Hemos recorrido plazas y calles, hemos hecho plantones y marchas, hemos llevado tu fotografía a cientos de pueblos, hemos ido a la radio, a los periódicos, a los parques… No nos cansamos, no nos damos por vencidos y si supiera donde estarías iría corriendo y daría mi vida para salvar la tuya.
July si tan solo me escucharás..Tú serás el amor que no se olvida, tú serás el amor que no se apaga, tú serás el amor que siempre canta más allá de la vida y de la muerte, de las constelaciones más lejanas. Siempre serás tú, hija mía.

Elizabeth Rodríguez en el cuarto de su hija Juliana. Foto: VDL

Carta de Elizabeth Rodríguez que  busca 
a su hija Juliana Campoverde 
desaparecida el 7 de julio de 2012, en Quito.
Contacto: 0983826975   

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