La identificación de los cadáveres que alguna vez fueron
donados a las facultades de Medicina de las universidades en Guayaquil, para el
estudio del cuerpo humano y la ciencia, surgió como una iniciativa de la
Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas,
Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased).
Juan Carlos Rugel, trabajador de la Facultad de Medicina, ayer mostró la cisterna donde se conservan los cadáveres donados. Álex Vanegas |
El coronel de Policía Víctor Araus, jefe de la Dinased de la
Zona 8, explicó que hay una lista de casos de personas desaparecidas que aún no
han sido resueltos, por lo que se decidió verificar los cuerpos que permanecen
en las aulas de necropsias de los centros de estudios superiores de la ciudad.
Por ello, hace una semana, con autorización de la
Universidad Estatal de Guayaquil, acudieron a la Facultad de Medicina para
iniciar el proceso de identificación.
El oficial indicó que tres días después obtuvieron el primer
resultado: un cadáver de sexo femenino, donado en el 2011, fue identificado
como Kerly Verdezoto Mendoza, que en ese entonces tenía 17 años.
“Con la reanimación de tejidos se obtuvieron las huellas de
tres dedos que al cotejarlas con nuestra base de datos correspondían en este
caso a Kerly Verdezoto, que constaba como una persona desaparecida...”, sostuvo
Araus.
Se conoció que la joven había desaparecido de su casa, en
Milagro, después de una discusión familiar en septiembre del 2011, y que fue
vista por última vez el 1 de octubre en un concierto musical en Durán.
No obstante, la madrugada del día siguiente su cuerpo fue
encontrado tirado en la vía Durán-Boliche. Según los reportes del hallazgo, la
joven habría sido víctima de un accidente de tránsito y no portaba documento de
identidad, por lo que fue ingresada a la morgue de la Comisión de Tránsito del
Ecuador como no identificada.
El doctor Carlos Gómez Moretti, decano de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Guayaquil, indicó que la donación de cuerpos
ocurre luego del cumplimiento estricto de protocolos, basado en convenios entre
varias instituciones.
Gómez aseguró que los cadáveres que son usados por los
estudiantes pertenecen a personas que tras sus muertes, luego de un tiempo
determinado por la ley, no fueron identificados por sus familiares.
También están los de aquellos que en vida expresaron su deseo
de donar sus cuerpos para el estudio y la ciencia.
Al término de los estudios, explicó el decano, los cuerpos
suelen terminar en osamentas; pero esto no ocurrió con el cadáver de Kerly
Verdezoto, pese al tiempo transcurrido.
“En el caso de ella no había sido entregado a los
estudiantes porque cuando llegó teníamos los cadáveres para nuestra enseñanza.
Se lo mantuvo conservado (en formol y otros químico)”, indicó Carlos Gómez.
La Policía indicó que se analizarán otros cadáveres. (I)
72
horas demoró la Policía para identificar el cadáver.
Donación de cadáveres
Ley Orgánica de Salud
El artículo 89 señala: “Los cadáveres no identificados o que
no fueren reclamados en el plazo de treinta días posteriores a su
fallecimiento, se entregarán a título de donación a las facultades de Ciencias
Médicas o de la Salud legalmente establecidas dando preferencia a las
estatales, o se inhumarán de conformidad con las disposiciones pertinentes”.
Contenido publicado originalmente en:
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