El 28 de abril de 2012
mi vida, la de mi familia y la de mi hija Carolina Garzón se rompió en dos. Ese
sábado Carolina presumiblemente desapareció y para nosotros comenzó esta
dolorosa, incansable y ardua lucha.
Alix Ardila, en la Universidad Andina Simón Bolívar, habla sobre la desaparición de su hija. Foto: archivo |
Carolina hija, hermana, nieta, familiar, amiga, compañera,
una mujer que dedica su vida a los demás, a las artes, al periodismo a la
fotografía, a estar en constante superación. Una joven luchadora,
emprendedora, guerrera, inmensamente solidaria, respetuosa de las libertades y
defensora de los derechos humanos. Apasionada por la política y convencida de
poder cambiar al mundo. Se ha dedicado a luchar contra la injusticia social
que agobia a las clases menos favorecidas.
Tal es su solidaridad, ternura que hoy nos tiene aquí
reunidos. Son 3 años, 1086 días, de intenso dolor, de incertidumbre,
de zozobrada y tortura. Tres años sin poder dormir tranquilamente, donde las
horas se vuelven días, los días semanas, las semana meses , los meses años y
aumentando día a día este dolor, pero tres años de esperanza y de saber en el
corazón de madre que mi amada hija Carolina está viva esperando su regreso, su
retorno al hogar. Esperando para abrazarla y contarle todo lo que hemos hecho
en su ausencia, lo que la amamos, la extrañamos, el inmenso vacío que sentimos,
la transformación de nuestras vidas, esperando que vuelva la paz, la felicidad
a una familia, que llora su ausencia.
Hoy estamos aquí por alzar nuestras voces no solo por la
desaparición de Carolina, sino de cientos de desaparecidos que hay en Ecuador,
que clamamos por verdad y justicia, nosotras y nosotros somos sus voces y ellas
y ellos nuestra razón de vivir, luchar y por la cual seguiremos a delante
sin bajar los brazos porque el inmenso amor por nuestras hijas, hijos,
familiares, nos da la fuerza, el valor y la fortaleza para continuar en su
búsqueda de verdad y justicia.
Durante estos tres
años, 1086 días, en la lucha por encontrar a mi hija Carolina y esclarecer las
causas y posibles autores de su desaparición hemos hecho infinidad de
actividades como: plantones ante las embajadas, Fiscalías de Ecuador y
Colombia, ante la cancillería colombiana, pronunciamientos de infinidad de
organizaciones sociales y democráticas de Colombia y de diversos países, cinco
entrevistas con el señor presidente Rafael Correa y a pesar de ello
lamentablemente debemos decir que no tenemos ningún resultado concreto, pero
sin toda esa enorme cantidad de actividades el caso estaría mucho más complejo.
Hemos liderado un proceso muy significativo en el Ecuador al
visibilizar a Carolina y en torno a ella destapar la situación de cientos de
personas desaparecidas en Ecuador, cuando el padre de Carolina recorría las
calles de Quito buscándola y todos los miércoles se parar frente al palacio
presidencial de Carondelet esperando que el presidente un día lo viera y lo
escuchara, como en efecto paso el 1 de mayo del 2013, el presidente Rafael
Correa decidió escucharlo, en esa oportunidad el padre, cuenta de su dolor, de
todos los obstáculos que ha enfrentado buscando a su Carolina. En ese primero
de mayo él contó al
presidente Correa que como
él, cientos de familias buscaban a sus desaparecidos y también recibían por
respuesta indolencia, desprecio, indiferencia, falta de efectividad policial y
fiscal. Le pidió al presidente Correa que también los escuchara a ellos, a
ustedes compañeros y compañeras y esa lucha iniciada en busca de Carolina
obligó al Estado a reconocer la situación de los desaparecidos y a incluirlo en
su agenda pública, así sea para tratar de minimizar e invisibilizar.
El padre de Carolina hizo de su dolor una lucha de amor y de
dignidad que hoy nos convoca en este recinto luego a esa lucha ya iniciada me
sumo yo y durante estos tres largos y angustiosos años he podido conocer el
rostro humano de la solidaridad de amigos, artistas, compañeros del partido
nacional en internacional, organizaciones sociales y de derechos humanos,
familiares de otros desaparecidos, medios de comunicación y ciudadanos que de
diferentes maneras me han acompañado, me han apoyado y sostenido en esta lucha.
Han hecho suya también a Carolina por esa solidaridad la memoria de Carolina
sigue vigente…A todos ellos y ellas mi gratitud porque han entendido mi dolor,
mi angustia, mi batalla...pero también he conocido el rostro de la impunidad,
de la indolencia de funcionarios y dos Estados (Ecuador y Colombia) que tres
años después siguen sin responder por mi hija, sin explicarme que paso con
ella... De un Estado que creó unidades de Fiscalía y Policía y ordenó
diligencias por simple formalismo.... De un presidente que dispone y promete y
que se queda en el aire porque los ofrecimientos se diluyen en el escritorio de
algún funcionario de turno.
Durante estos años la fiscalía ecuatoriana no tiene siquiera
una hipótesis que explique qué paso con mi hija y pese a que con mi abogada
hemos aportado pruebas e hipótesis posibles no han sido debidamente analizadas
y tomadas en cuenta. Yo en medio de todo sigo buscándola, sigo trayéndola a mi
memoria y a mis días. Carolina sabe que la amo, que la espero, que grito su
nombre en calles y plazas, que la busco y que ninguno de los que hemos
emprendido esta lucha desistiremos porque esta lucha nace del amor y de la
dignidad. Por ti Carolina, para ti Carolina, es esta velada; para nuestros
desaparecidos es esta velada, porque su memoria es nuestra lucha.
Con este lema, decisión y compromiso, continuaremos en esta
ardua lucha sin bajar los brazos. ¡Dure
lo que dure, cueste lo que cueste, si luchamos como hermanos a los
desaparecidos los encontramos. Vivos
desaparecieron, vivos los queremos de vuelta!.
Alix Mery Ardila , madre de Carolina Garzón
desaparecida el 28 de abril de 2012,
en el sector de Paluco, Momjas, Quito.
Carolina Garzón desapareció el 28 de abril de 2012. Foto: Carolinadesapariciónforzada |
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