13 de noviembre de 2014

Todos debemos estar alertas


“No nos callarán hasta que se haga justicia”, decían mientras marchaban por Quito los familiares de las 85 personas desaparecidas en el país, una buena parte jóvenes.

Pedían a la Fiscalía que se dote de agentes especializados en esta materia y que abandone la práctica de rotarlos lo que, en su opinión, no hace más que entorpecer las investigaciones, pues cada vez que un nuevo fiscal asume un caso, las investigaciones se estancan o vuelven empezar de cero.

Los familiares de los desaparecidos se quejan del incumplimiento del ofrecimiento del Gobierno de publicar los rostros en los medios comunicación y de ofrecer una recompensa por información que contribuyera a su localización o esclarecimiento de los casos pendientes. “Las personas no pueden esfumarse”, dijo un manifestante.

También consideran necesario tipificar la desaparición como un delito. La tragedia de los 43 estudiantes de México obliga a no olvidar los casos que aún siguen sin resolverse en el país.
Son esperanzadoras, sin embargo, las noticias sobre personas que son halladas por las autoridades, incluso después de años de reportada su desaparición.

Las cifras de casos resueltos, por muy abultadas que sean, no siempre suelen reflejar la realidad, en particular el doloroso drama que viven las familias que esperan tener, al menos, alguna noticia cierta de sus seres queridos que un día salieron de sus casas para no volver.

Su perseverancia e intransigencia son un ejemplo a imitar. Su lucha exige solidaridad. Toda la sociedad debe apoyarles y estar alerta.

Artículo de Opinión
Publicado originalmente en:
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Monitoreo de medios de comunicación 

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