12 de julio de 2014

David Romo: la hipótesis de la fiscal es que algo le pasó

La Fiscal Laura Machuca y Alexandra Córdova
Las contradicciones en la desaparición de David Romo continúan.  Ayer, más de un centenar de policías recorrieron  las calles de la parroquia de San Antonio de Pichincha,  en el noroccidente de Quito. El objetivo: realizar una encuesta a los moradores de la zona sobre la desaparición de  Romo.

Esto después  de catorce meses de no tener  información sobre el paradero del estudiante de periodismo que fue visto por última vez el 16 de mayo, en la unidad número 4 de los alimentadores Transhemisféricos de la Mitad del Mundo.

Carlos M.,  uno de los pasajeros del alimentador del bus, dijo haber visto a un joven ese día.  Ahora no recuerda muy bien los hechos pero asegura que en el bus no había nadie sentado en la gradas cuando él se bajó a la altura de la bomba de gasolina en Rumicucho.  Este criterio difiere de Luis M, que también estuvo el bus. Él dijo que sí había alguien sentado en las gradas. "Era el joven. Estaba mal (estado etílico), fue lo que más me llamó la atención. Ahora me da un cargo de conciencia por no haberle topado el hombro y decirle algo”.

Para Norma Peñaherrera, abogada de  la familia Córdova Romo,  este  primer levantamiento de información puerta a puerta se debió hacer al día siguiente de la desaparición de David. “Ahora la  gente ya no recuerda porque la memoria es frágil -dijo Peñaherrera-. Esto  independientemente de las personas que no hablan porque dicen estar amenazadas o que tienen temor a represalias". Para ella esta recolección de información se lo hizo más con la esperanza de que haya alguien que sienta como propio el caso de David.

La denuncia de la desaparición de Romo fue receptada 48 horas después del hecho, pese a que los familiares acudieron a la Unidad Policial del sector un día después. Para la abogada, el caso está llenó de irregularidades: primero con la asignación de los agentes para la investigación que demoró cinco días. Segundo, con la recolección de información que se quedó en los agentes y no pasó a la Fiscalía. Esto alimentó varias hipótesis.  La información se disperso. Tercero con la detención de las personas que encontraron el movil y luego fueron sobreseídas.

El 27 de septiembre de 2013, la Fiscalía General del Estado se abstuvo  de acusar a los tres ciudadanos.  El argumento: no se encontraron indicios suficientes para procesarlos por el presunto delito de asociación ilícita.  De ellos, solo uno se encuentra detenido en la cárcel de Cotopaxi por el robo del celular.

Otro tema que alimenta el misterio son las contradicciones en las versiones que rendió el chofer y los dos contraladores. Según la declaración de Édgar M., uno de los cobradores (en su poder se encontró el celular), el joven se subió al bus en estado etílico y se sentó en las gradas de desembarque. El momento en que se acercó a pedirle  el pasaje, Romo le pagó con un caramelo. Luego no se percató en dónde se bajó del bus, pero al llegar al final del recorrido, en Rumicucho, ya no estaba. Sin embargo, estas declaraciones son contrarias a las de Cristian J. y José C., cobrador y conductor del bus respectivamente. Ellos afirmaron que el joven estuvo en el bus hasta la última parada.

La fiscal del caso, Laura Machuca,  dijo que tienen  una hipótesis de la desaparición de Romo. “Nuestra hipótesis es que algo le pasó a David -dijo Machuca-. No sabemos  si fue antes de bajar al bus o después”. Ella aseguró que ahora deben esclarecer si él se bajo o no del carro.

Para Alexandra Córdova, madre del joven, ahora no hay resultados. Por esta razón, ella sigue exigiendo celeridad en la investigaciones en el Consejo de la Judicatura, Fiscalía, Ministerio de Justicia, Ministerio del Interior hasta en la Presidencia.

El 17 de junio se reunieron los familiares de las personas desaparecidas con el presidente Rafael Correa para evaluar el cumplimiento de los acuerdos dados en diciembre del años anterior. Según Córdova, ahí Correa constató que el número telefónico del Ministerio del Interior  que se encuentra en los afiches de recompensas no está habilitado. “El Presidente llamó y nadie contestó”.

Córdova dijo que este sistema de recompensas que ofrece $200 mil para quien de información sobre el paradero de una persona desaparecida debe tener su propia línea como 1800 desaparecidos. Además, explicó que este plan es  insuficiente porque no hay  difusión masiva en los medios de comunicación.

Hasta el momento por el caso de David Romo han pasado seis fiscales en 14 meses. (MCC)
 Contenido publicado originalmente en:
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