26 de mayo de 2014

La influencia de las redes sociales

Cuando conocí a David, él tenía alrededor de catorce años. Solíamos practicar, junto a varios amigos, el mundo de la locución en Radio Vigía. A pesar de que él era un año mayor, pudimos entablar una buena relación y, sin ser los mejores amigos, reíamos de vez en cuando. Recuerdo que David escogió la especialidad de Químico Biólogo en el colegio, la cual no resultó de su agrado. Por ello, ya en sus estudios universitarios, eligió como profesión la Comunicación, quizás por ese gusto que tenía desde pequeño.
Foto de David Romo. Tomada de su perfil en Facebook.
Foto de David Romo. Tomada de su perfil en Facebook.
La noche del 16 de Mayo de 2013, Romito, como también se lo conoce, viajaba de regreso en bus a su casa ubicada en La Mitad del Mundo. Sin embargo, algo ocurriría en ese momento para cambiar la vida de todos sus familiares y conocidos. Esa noche, David Romo nunca llegó a su destino. Al día siguiente, vi en Facebook estados de desesperación de algunos compañeros y, al enterarme de la noticia, no dude en compartirlos.
Los casos de la desaparición de Romo y de Karina del Pozoson los más conocidos en el país. Ambos han sido tomados en cuenta por los medios tradicionales de comunicación. Sin embargo, las redes sociales, especialmente Facebook, fueron los primeros recursos para la transmisión de estos sucesos.
Para José Rivera, responsable de los contenidos digitales y multimedia en CIESPAL, “el acontecimiento de Karina del Pozo sirvió como un antes y un después en el mundo de las redes sociales.  Mucha gente empezó, a través de comentarios y sugerencias en tweets posts en Facebook, a generar presión social respecto a una realidad que acontecía en nuestro país”. El alcance de los posts era tan inmenso, que los medios tradicionales vieron la necesidad en reforzar sus noticias y reportajes con la información obtenida en la web.
Publicación en el perfil de Desaparecidos en Ecuador
Publicación en el perfil de Desaparecidos en Ecuador
A pesar de ello, no todos los casos de desaparecidos tienen la suerte de ser resaltados en los mass media. Según Walter Warzón, secretario de ASFADEC(Asociación de familiares y amigos de personas desaparecidas en Ecuador), ” no todas las personas tienen las posibilidades para aparecer en televisión, radio o prensa. Si no se tiene una relación con un poder económico o político, el proceso de encontrar a un familiar en esas condiciones se vuelve muy complicado.”
En este punto, como afirma Montse Calvo en su libroNetworking: uso práctico de las redes sociales, estas plataformas on line son una alternativa para la gente común, aquella que no tiene acceso a los medios de comunicación tradicionales, privados o públicos. Los afectados por un familiar desaparecido ven en las redes sociales una forma de ayuda y de hacerse escuchar frente a este problema que atenta a la sociedad.
Son varios los perfiles y fan pages creados con este objetivo. Desaparecidos en Ecuador es uno de ellos. Este es manejado por los miembros de asfadec y DESENDOR (Desaparecidos en Ecuador). Cristhofer Chávez, web máster de la página, afirma que “al tener un correcto uso de las redes sociales, el procedimiento de registro de datos de los afectados se vuelve más fácil y menos rudimentario.” Sin embargo, complementa afirmando que para que el resultado sea satisfactorio se requiere de un seguimiento continuo.
Los encargados de manejar estas cuentas deben tener mucho cuidado. Según Rivera: “se debe ser delicado con lo que se publica. Hay que recordar que lo que se comparte corresponde a información de seres humanos que se encuentran desaparecidos.” La ética entonces juega un papel importante dentro del manejo de las noticias que se presentan. La autocensura debe ser uno de los principales parámetros para manejar correctamente la información en web. Muchas personas confían en los testimonios presentados, sean estos oficiales o no.
Los familiares y amigos perjudicados publican imágenes, textos y videos buscando una respuesta para calmar sus nervios. Pese a ello, no todos los posts tienen la acogida que se espera con el público. Si la tienen, esta tiene un límite de tiempo y de recepción, como el caso de David Romo. A pocos días de su desaparición, se creó un auge de publicaciones en Facebook y Twitter, en ellas circulaban fotografías del joven. Empero, después de seis meses, son pocas las personas que siguen compartiendo este tipo de información.
La influencia de las redes sociales es inmensa. Empezaron como un medio para encontrar y hacer amigos, pero, con el paso del tiempo, han tocado temas más allá de lo esperado. Rivera concluye que “las redes sociales han cambiado la forma en que nosotros estamos colaborando socialmente en diversos campos, no solamente en la difusión de contenidos ni en la investigación, sino también en el ámbito  social, estas han demostrado ser muy poderosas”. Es cierto que la sociedad aún se encuentra en un proceso de adaptación a la era tecnológica, sin embargo, los logros que se ha obtenido han llegado más lejos de lo esperado.
Garzón afirma que las redes sociales son un medio para hacerse escuchar, para llegar al gobierno y a la sensibilidad de las personas. Es entonces cuando se entiende que en ellas se ve una esperanza para la libertad de expresión y, en este caso, para encontrar a sus familiares que se encuentran extraviados.
Contenido publicado originalmente en: 
Sofía Brito: 
2013/11/27
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Monitoreo de medios de comunicación 

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