. La marcha llegó hasta los bajos de la Gobernación. Erdwin Cueva |
La menor acudió a un mandado de su madre, Sandra Guamán, quien se dedica a la venta de espumilla en la zona, pero nunca regresó.
A paso acelerado y gritando consignas que pedían la intervención
oportuna y eficaz de la Policía, los manifestantes recibieron el apoyo
de la ciudadanía, que salió de sus negocios y casas como muestra de
solidaridad.
No faltó el llanto incontrolable de los familiares de la menor. Ellos
piden respuestas de parte de los servicios de investigación. No quieren
que el hecho se olvide, y piden hacerlo público incluso en el exterior.
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