29 de abril de 2014

El caso de Carolina Garzón visibilizó a los desaparecidos



Con arte recordaron la memoria de esta joven

Sus padres, Walter Garzón y Mary Ardila, aún no saben a ciencia cierta qué pasó con su hija. “Nosotros no sabemos si desapareció el 28, el 29, el 30 de abril o el primero de mayo, ni en qué circunstancias”, manifestó Ardila, quien tuvo que dejar Bogotá para radicarse en Quito.

Y se inició un largo proceso investigativo que todavía no arroja resultados. “El Estado ecuatoriano no me responde dónde está mi hija, cuyo caso estuvo congelado por casi año y medio por tres fiscales anteriores que manejaron el tema con hipótesis sin fundamentos”, manifestó la madre.

Aunque aún no hay pistas de Garzón, los reclamos de su padre, con plantones frente al Palacio de Gobierno incluidos, permitieron visibilizar una problemática oculta pero real: la de los desaparecidos en el país.

Hasta antes del 28 de abril de 2012, la búsqueda de personas extraviadas se limitaba a esfuerzos individuales de sus familiares que pegaban afiches en los muros, postes o carteleras. “A raíz de lo de mi hija se unieron otras familias cuyos casos se habían cerrado”, dice Ardila.

Es el caso de Telmo Pacheco, cuyo hijo con el mismo nombre desapareció cinco meses antes que Garzón, pero que la investigación se cerró a los pocos meses de reportado el incidente, según afirma. Solo cuando salieron a la luz otros casos la investigación se reabrió. “Pero hasta ahora solo recibimos ofrecimientos”, añade Pacheco.

La justicia

De una manera u otra la invisibilización de los desaparecidos tuvo sus efectos en la justicia. Con el caso de Garzón, muchas de las familias que sufren dramas similares se aglutinaron para reclamar acciones al Estado y se dieron cuenta de que enfrentaban problemas comunes: lentas investigaciones, rotación de fiscales, falta de personal especializado... “La desaparición de Carolina desnudó a la justicia, porque se evidenció en ese y otros casos una total descoordinación”, asegura Rueda.

Con la organización en asociaciones de familiares de desaparecidos, y mediante la presión que ejercieron a través de marchas y plantones, lograron que se cree la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), y que la Fiscalía cuente con una unidad especializada en desparecidos. “Tuvimos que pedir audiencia al Presidente de la República para que él ordene y les ponga a trabajar”, comentó Rueda. (HCR)
 

Organización que crece

° La Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec) es una de las dos organizaciones civiles que se conformaron para dar con el paradero de los extraviados. Con su equipo de comunicación, integrado por estudiantes universitarios, mantiene un programa de radio. Además, publica un blog y tiene cuentas en Facebook y Twitter.

Ayer, con el apoyo del Colectivo Paulo Freire de la Universidad Central, difundió testimonios en la Facultad de Filosofía y en la tarde organizó un plantón frente al Palacio de Gobierno. El jueves tiene previsto protagonizar otro plantón en la Plaza del Teatro.
 

22
años tendría la joven desaparecida.

2
años se cumplieron de su desaparición. 

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