1825 días de la más atroz zozobra
Esta
carta debería llegar a la conciencia de los funcionarios y funcionarias
fiscales y policiales que durante 5 años no han sido diligentes para establecer
la verdad sobre la desaparición de mi hija; Juliana Lizbeth Campoverde
Rodríguez desaparecida el 7 de julio de 2012, en el sur de Quito, provincia Pichincha.
Juliana Campoverde desapareció cuando tenía 19 años. |
Sobre
ellos, los funcionarios deberían recaer la responsabilidad legal por esta
impunidad y por mantenerme a mí y a mi familia en esta tortuosa zozobra; pero
mucho temo que sus conciencias no entienden de mi dolor y con certeza tienen
cientos de argumentos sobre su efectividad y cientos de excusas sobre su
ineficacia.
A cinco años
de la desaparición de Juliana, yo cada día espero recibir noticias suyas; su
cuarto sigue intacto a la espera de su regreso, y la vida sigue congelada, sin
respuestas, sin certezas, con miedo.
Ojalá esta carta les llegue a las autoridades competentes, al corazón de
la sociedad e inclusive ojalá logre tocar la memoria de los que la
desaparecieron y por fin hablen para decirme donde está, porque se la llevaron.
Cada día
las horas pasan entre la ansiedad de encontrarla viva y abrazarla; un abrazo
largo, cálido, en el que sepa que cada día de estos cinco años mi vida entera
ha sido encontrarla; o la necesidad de tener respuestas, para, aunque sea
poderle darle sepultura y tener un sitio donde ir a verla. El dolor de no tener a mi hija es tan fuerte
y tan profundo que da miedo irse de este mundo sin saber dónde quedan o donde están.
Ese mismo
miedo paraliza el corazón de miles de familias que en Ecuador siguen sin saber
dónde están los suyos, quien se los llevo.
Durante
estos CINCO años mi espalda se cansó de recibir palmaditas de consuelo, falsas
palabritas de aliento y falsas promesas de fiscales de la causa, policías
investigadores, asesores de ministros, funcionarios, ministros de interior y
justicia, Fiscal Chiriboga y Correa; si el esmero que pusieron en cada
palmadita y en cada discursito “adolorido y solidario” lo hubieran puesto en
investigar Juliana estaría en casa.
Fiscal Carlos Baca Mancheno, Fiscal Jorge Flores ya
no más palmaditas, no más discursos dilatorios, no más justificaciones de lo
injusticable, no me pidan más paciencia, quiero,
exijo que me devuelvan a mi hija, Juliana Campoverde, y que los
responsables de su desaparición sean sancionados. Ese es mi derecho, el de mi familia, el de
toda una sociedad que necesita conocer la verdad, ese es el derecho de las
miles de familias que no saben dónde están los suyos.
Presidente Moreno usted se ha comprometido a
desarrollar una gestión eficiente, que pasa por fortalecer las instituciones
como Fiscalía que tienen una clara obligación frente a los derechos de verdad y
justicia que nos asisten a los familiares de personas desaparecidas, y apelo a
su compromiso para que Fiscalía procese de manera diligente y adecuada el caso
de mi hija y se dé continuidad a las fases procesales que correspondan. No
puede ser posible que 5 años después de mantener una investigación abierta no
existan resultados; eso pone una vez más en evidencia la falta de diligencia,
idoneidad y respuesta estatal adecuada.
Juliana mi amor por ti seguirá impulsando cada
acto, cada plantón, cada carta, cada exigencia; solo me mueve el amor; el amor
a Juliana es el que nos mantiene, a mí y a mi familia en pie, con la esperanza
de encontrarla; en mi espíritu no habrá calma hasta el día que te vea adorada
hija mía Juliana Campoverde.
Por amor a mis hijos, por amor a Juliana, por los
cientos de desaparecidos y desaparecidas que no encuentran el camino de regreso
a casa, no permitiré que el caso de mi hija quede en la impunidad; y tengo la
certeza de seguir contando con la solidaridad de los hombres y mujeres transparentes
y nobles que este doloroso camino me permitió conocer; a algunos nos une el
mismo dolor porque también buscan a sus hijos, a sus hijas; otros y otras han
llegado solidarios y esperanzados a dar su mano, su fuerza, su palabra de
aliento; a todos ellos y ellas que en estos tres años me han acompañado mi
gratitud inmensa. A mi familia todo mi amor por su paciencia, por su apoyo, por
su abrazo.
July Tú
serás el amor que no se olvida; Tú serás el amor que no se apaga; Tú serás el
amor que siempre resplandece; Tú serás el amor que siempre canta más allá de la
vida y de la muerte, de las constelaciones más lejanas. Siempre serás tú, hija
mía.
* Está carta fue ingresada hoy, 7 de julio de 2017, al despacho del fiscal general del Estado.
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