Quito, 17 de mayo de 2017
Desde el 2012, la Asociación de
Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), una
organización de hecho en ese tiempo, solicitó al presidente Rafael Correa que
disponga a las carteras de Estado pertinentes hacer todo lo posible para
responder dónde están las y los desaparecidos, quién se los llevó y por qué.
Queremos que nos devuelvan a nuestros seres queridos, pues vivos se los llevaron
y vivos nos los devuelven.
Han pasado cinco años y el
presidente Correa no ha dado respuesta a tres preguntas que nos devolverían la
vida, la alegría y las ganar se seguir soñando. Más bien se ha invisibilizado a
nuestros hijos, padres, hermanas, madres y amigas desaparecidas con sus
estadísticas frías que hablan de supuesta efectividad y que son expuestas ante
la opinión pública a nivel nacional y ante la comunidad internacional cuando el
Estado ecuatoriano fue evaluado por el Comité contra desapariciones forzadas de
Naciones Unidas en Ginebra.
Este 24 de mayo de 2017, el presidente
Correa dejará su cargo tras diez años de gestión en los cuales no logró crear
una política integral que atienda la problemática de las personas
desaparecidas. Después de 18 meses de
plantones, cartas, reuniones, declaraciones públicas, usted presidente Correa
aceptó reunirse con nosotros el 11 de diciembre de 2013. Fue un gran avance,
varios acuerdos se hicieron presente.
Primero la inclusión de la
tipificación de la desaparición involuntaria en el nuevo Código Integral Penal.
Segundo, un plan de recompensas 1800 para las personas que se encuentran
desaparecidas. Tercero, la elaboración de un reporte de hospitales, morgues,
terminales que incluya información detallada sobre personas desaparecidas o NN
que hayan sido ingresadas o atendidas en dichas instituciones. Cuarto, el
desarrollo de reuniones quincenales de familiares de las víctimas con los
fiscales y agentes asignados al caso con el fin de avanzar en el proceso de investigación
y búsqueda. Quinto el desarrollo de una reunión con el mandatario de la
República luego de seis meses para evaluar los avances de estos acuerdos.
De estos acuerdos, solo se
cumplieron el segundo y el quinto y de forma ineficaz. Hasta ahora el sistema
de recompensas no es eficiente y las siguientes reuniones con el presidente Correa
no fueron de evaluación sino de re victimización, de descalificativos y de
desesperanza. La sexta cita con el presidente se debió desarrollar en diciembre
de 2016. Han pasado cinco meses y no los han llamado.
La desaparición por agentes
particulares en Ecuador no es un delito es un actuación administrativa, es
decir, que igual da buscar a una persona
con sueños, familia y proyecto de vida truncada que a un carro reportado como
perdido. La desaparición en el Código Orgánico Integral Penal es
imprescriptible, es decir, que nunca se podrá cerrar el caso, pero esto no nos
garantiza una investigación diligente.
Tras esa reunión, el presidente
Correa dijo que entendía nuestro dolor y se indignó cuando conoció la rotación
de fiscales en los casos de personas desaparecidas. No obstante, la rotación
continúo. Carolina Garzón Ardila desaparecida el 28 de abril del 2012, sector
de Paluco, en la ciudad de Quito. Su caso se mantiene impune son 7 fiscales y 4
agentes que han tomado el caso con un total de 89 cuerpos legales. Juliana
Campoverde Rodríguez desaparecida el 7 de julio de 2012, en Quito, sector Biloxi. Son 8 agentes y 11
fiscales que hasta el momento han tomado el caso y son 75 cuerpos. Camilo
Carlos Antonio Tobar desapareció después
de salir de su trabajo, en el sector Cumbayá, en la ciudad de Quito, el 17 de
abril de 2012. En este caso han pasado 6 fiscales, 12 agentes y 6 cuerpos tiene
la investigación. Luis Alfredo Velásquez Cevallos desaparecido el 2 de
septiembre de 2012, en el sector La Armenia, valle de Quito. Su caso se
mantiene impune han pasado 3 agentes y 5 fiscales. Leonor María Ramírez López desaparecida el 29
de abril del 2011, sector La Recoleta, en el centro histórico de Quito. Su caso
se mantiene impune 4 fiscales 5 agentes 22 cuerpos legales. Luis Daniel Sigcho
Ñacato desapareció el 4 de octubre de
2008, en El Triángulo, sector del Valle
de los Chillos, en la provincia de Pichincha, son 5 fiscales 7 agentes que a lo largo de estos
años han pasado por el caso con un total de 15 cuerpos legales. Telmo Orlando
Pacheco Aguilar desaparecido el 3 de noviembre del 2011, barrio Clodoveo
Jaramillo, en la ciudad de Loja. El caso sigue impune, al momento 7 agentes y 6
fiscales han conocido el caso de 4742 fojas.
En el año 2013 se creó Dirección
Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones,
Extorsión y Secuestros (DINASED) y en el 2014, la Unidad de Personas
Desaparecidas en la Fiscalía. El objetivo: buscar a las personas desaparecidas.
El surgimiento de estas instituciones fue muy alentador, sin embargo, su falta
de capacitación y profesionalización ha generado que en Ecuador existan
actualmente más de 4400 personas desaparecidas que no han retornado a casa. De
este número de desaparecidos, el 67% son mujeres.
Presidente Correa, su gobierno
concluye sin darnos respuesta, pudo habernos escuchado y tomar en cuenta nuestras
exigencias, pero no lo hizo. Más bien junto a sus funcionarios de turno creían
que al escucharnos nos hacían un favor, pero no, es nuestro derecho exigir
verdad y justicia para encontrar a las y los desaparecidos y es su obligación como Estado garantizar
nuestro derecho a circular libremente
sin tener miedo a que alguien atente contra nuestra integridad y no
desaparezca.
Nosotros como familiares y amigos
de las personas desaparecidas vemos con mucho dolor como en su mandato se
garantizó la impunidad y se encubrió el trabajo negligente de los Ministerios
de Justicia, Interior y Coordinador de Seguridad, así como el de Fiscalía General del Estado,
la Defensoría del Pueblo y Defensoría Pública. Ninguna de estas entidades
cumplieron eficazmente con su trabajo al momento de atender el fenómeno de la
desaparición de personas.
“Seguimos luchando y resistiendo hasta encontrarlos”
Telmo Pacheco, presidente de Asfadec.
Que terrible, estimados familiares su sufrimiento es nuestro sufrimiento, apoyo total a Asfadec
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