Mi viejo, mi profundo y adorado viejo, solo me quedan palabras de agradecimiento y desde mi corazón una grata felicidad de que hayas sido y seas mi padre, ese padre de sonrisa fresca y mirada bonita, de ese padre que fue mi compañero, mi amigo, mi consejero, mi paño de lagrimas, mis ojos, mi conciencia y ahora mi ángel, gracias de nuevo por estar ahí cuando mas lo necesite, gracias por comprenderme, gracias por la vida, porque si volviera a nacer quisiera ser de nuevo tu hija, la hija de los dos, gracias por mostrarme otro mundo, por enseñarme a leer, a escribir, a caminar, te recuerdo cada día, cada instante, cada momento, tengo tus palabras en mi cabeza y tu ser en mi corazón, este caminar sin ti, va atener todos los niveles, pero yo me siento orgullosa de que seas mi padre, mas adelante te escribiré para contarte como estoy y como camina mi vida sin ti, por ahora te amo con el corazón, te extraño con mis abrazos y te adoro con mi vida, por ultimo mi adorado y mas querido viejo como un pájaro libre yo así te quiero, tu ser vive en mi memoria y en el caminar diario de tantas generaciones que te conocieron.
Ahora solo me quedan palabras de alegría, de saber que te despedimos de este mundo terrenar como un luchador, al lado de tu mas amada clase obrera, cantando la internacional esa que revindica tu discurso, admirando tu coherencia con el accionar, de nuevo gracias mil gracias por enseñarme a no ser indiferente de esas causas injusta de esas que duelen al lado izquierdo del corazón, porque los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos.
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