Carta de Joselyn Anchaluisa, hija de Carmen Emilia
Mi mamá Carmen Emilia Males, Emy como la decimos en casa todos, de 42 años de edad, de ocupación licenciada de Enfermería, paciente sobreviviente de cáncer de útero, deportista y mamá de una única hija; desapareció el lunes 4 de febrero del 2019, desde las 6 de la tarde en que salió de casa, ubicada en Alaquez, parroquia de la ciudad de Latacunga, siendo lo último que nos dijo a mi papá y a mí, que iba a hacer una compra de una herramienta en la ciudad de Quito.
Estos malos agentes policiales que actúan en la supuesta
investigación de los casos de desaparición de mujeres, a disposición de un
sistema judicial, fiscal y policial que se ha mostrado como el más inepto y de
los más corruptos de la región andina en el tema de desaparición por trata y
violencia contra las mujeres, me manifestaron ante mi desesperación de hija,
que: “Las mujeres a los 2 o 3 meses regresan y se arrepienten de lo que hacen”.
Y también desalmadamente añadieron que: “si nosotros como familia no la
conocemos como para saber dónde está, peor ellos van a saber dónde y
solo hay que esperar que vuelva”.
No han concretado un solo pedido ni adelantado nada de todas
las pistas, nombres, amenazas y chantajes recibidos luego, y descartado todas
las hipótesis, capturas de pantallas y posibilidades de que haya sido víctima
de trata de mujeres.
Necesito respuestas y agilidad en la búsqueda de mi madre.
Como hija no puedo conformarme con negligencias tan cercanas a una complicidad
u omisión estatal. Todas las respuestas del Estado a través de su Policía,
Fiscalía, Ministerio del Interior y Justicia, han sido incoherentes.
Mi mamá jamás se descuidó de mí, nunca faltó a casa, siempre
mantuvo comunicación cada día. Y, lo más alarmante, no llevó nada, ninguna
pertenencia ni dinero. Esta desaparición no es voluntaria señores policías,
fiscales y funcionarios inhumanos e ineficientes. Mi madre es víctima de una desaparición forzada.
Con el pasar de los días la angustia es mayor y las amenazas
anónimas recibidas, las extorsiones a cambio de dinero y las informaciones
falsas, de gente sin corazón, son muchas.
Denunciamos a la Fiscalía , el día 13 de febrero del 2019 a
las 10:00 de amenazas y extorsión por presunto caso de trata, pues recibimos
mensajes y llamadas que nos informaban que le habían vendido a mi madre por
trata de personas para llevarla a México, y que si queríamos rescatarla les
diéramos una suma de dinero. El 19 de febrero del 2019 me acerqué a las
oficinas de la Fiscalía en Quito, como cada día en que llego a la capital para
buscar "justicia" Y en la Fiscalía el Dr. Morocho me manifestó que la
denuncia fue enviada a la UNASE el día 15 de febrero del 2019 y que por ley
tenían un plazo de 30 días para dar una respuesta. Es injusto esperar un mes
más por noticias sobre la vida y el paradero de mi madre, a menos que
funcionarios del Estado estén implicados como una cadena corrupta, como ha
sucedido en el mismo delito en otros países. Es imposible estar tranquila
mientras hacen sus oficios y su "trabajo" burocrático y solo me han
pedido limitarme a esperar. Por eso, hoy he decidido hacer todo lo que sea
posible para llegar a oídos de las autoridades del Estado ecuatoriano y del
mundo. Y que sepan de mi angustiante tristeza y mi dolor de hija. Mi madre no
será un número más en la lista de mujeres desaparecidas.
Contactos:
Lidia Rueda, secretaria de Asfadec 0995601228
Familia de Carmen Males 0999885778
Es verdad que ya apareció??
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