Quito, 12 de septiembre
de 2016
ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y EL DOLOR FALLECE WALTER GARZÓN, PADRE,
COMPAÑERO, DEFENSOR DE DERECHOS HUMANOS
Hoy, 12 de septiembre de 2016,
nuestras vidas nuevamente se inundan de dolor, WALTER GARZÓN, amigo, compañero,
defensor de derechos humanos falleció en la ciudad de Bogotá - Colombia, tras
luchar incansablemente por encontrar a su hija Carolina Garzón Ardila, desaparecida
el 28 de abril de 2012, en el sector de Paluco, Monjas, en la ciudad de Quito.
Desde la desaparición de Carolina Garzón, Walter enfrentó
graves problemas de salud que se agravaron por la profunda depresión que
invadió su vida al no conocer el paradero de su hija Carolina Garzón; esta
mañana después de haber estado hospitalizado falleció.
Walter Garzón llegó a Ecuador en mayo de 2012 para buscar a
su hija, una joven estudiante, militante y soñadora de un mundo mejor que visitaba
Ecuador por cuarta ocasión y que desapareció un 28 de abril, sin que hasta el
día conozcamos donde esta.
La desaparición de
Carolina destruyó a la familia Garzón Ardila y obligó a Walter a instalarse desde
2012 en la ciudad de Quito con el único fin de saber ¿Dónde está Caro? ¿Quién
se la llevó? ¿Por qué?
Han pasado 1598 días y hasta el momento, Walter y su familia
desconocen el paradero de su hija. Durante casi dos años Walter visitó el
Ministerio del Interior, el Ministerio de Justicia, la Fiscalía General del
Estado, la Defensoría del Pueblo, la Presidencia y varios otros organismos estatales
para exigir verdad y justicia, sin embargo hasta el día de hoy no encontró
respuesta efectiva por parte del Estado y la angustiante incertidumbre
exacerbada por la ausencia de respuestas, por la dilatada investigación, por el
silencio estatal, poco a poco mino su vida.
Durante la investigación por la desaparición de Carolina, la
Fiscalía le dijo a Walter que su hija se ahogó en el río Machangara; meses después
de no contar con prueba alguna que sustentara esa hipótesis el Estado desplazó la culpa sobre la familia Garzón que “permitía que la hija viaje sola” y culpó a la víctima de su desaparición. Hoy, 4 años después, ese mismo Estado reconoce
que el policía investigador no era idóneo y cometió sendos errores y omisiones,
hoy Carolina no está….. Y esa ineficacia estatal movió a Walter a buscar por
sus propios medios a su hija.
Y Walter Garzón, ese hombre de sonrisa franca, de andar
ligero, de palabra fuerte, de corazón solidario movido por el amor a su hija y
por su profunda solidaridad no se preocupó solo de de su Carolina, él pudo unir
y organizar a varias familias que
atraviesan el mismo dolor, y mientras buscaba a su hija iba recogiendo afiches
y datos de contacto de los muchos desaparecidos de este país y fue
llamando a sus familiares y les contó de
su dolor, les dio fortaleza y los invitó a unirse, a caminar juntos, a luchar
juntos. Así surgió la Asociación de Familiares y Amigos de Personas
Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), así en Ecuador se empezó a oír la voz de
estas familias y se visibiliza este grave drama.
Los lunes durante el cambio de guardia presidencial, Walter
Garzón acompañado por otros familiares y por Jaime Guevara, valientes, dignos,
solidarios organizaron plantones en la Plaza Grande; visitaron medios, pegaron
afiches, hicieron marchas; y así con carteles, escritos y afiches, con la voz
recia a través del megáfono, denunciaban que no estaban todas/os, que los/as
desaparecidos/as nos faltan a todos/as y que la obligación Estatal es realizar
investigaciones prontas, diligentes, eficaces y que garanticen verdad y
justicia.
Sus voces se hicieron más fuertes, ya no era uno o dos, eran
decenas de personas exigiendo justicia en todas las carteras del Estado. Sus
voces fuertes obligaron a que el presidente Rafael Correa los recibiera en Carondelet por primera vez el 11 de diciembre de 2013, tras 225 días de
solicitar audiencia con el mandatario.
Esa reunión devolvió la esperanza a los familiares, sin
embargo, la esperanza murió pronto; la falta
de celeridad y la ineficacia en la investigación, la indolencia de los funcionarios fiscales y
policiales responsables de los casos, la falta de personal especializado, la
ausencia de políticas publicas concretas y eficientes mostraba que la desaparición
de personas seguía siendo un tema de segundo nivel en la agenda pública y
política del país.
Y Walter, el hombre de
sonrisa franca, de andar ligero, de palabra fuerte, de corazón solidario se
fue enfermando. La tristeza le fue apagando la sonrisa, le fue haciendo lentos
los pasos y aparecieron varias dolencias; y tuvo que volver a Bogotá a buscar
atención médica, en Ecuador le dijeron que no podían atenderlo. Alix Ardila, madre de Carolina, arribó a
Quito, para continuar la búsqueda.
Hoy Walter partió sin saber donde esta Carolina Garzón; así
como lo hizo doña Luz, abuela de Carolina y madre de Walter que también tuvo
que partir sola, sin su hijo, sin su nieta, sin verdad… hoy Alix Ardila vuelve
a Bogotá a enterrar al padre de su hija, se va con los ojos llenos de lágrimas
y con el corazón agarrotado por el miedo; hoy los familiares y amigos de los/as
desaparecidos lloramos a Walter y por sus pieles también pasa la incertidumbre
de irse apagando, como Walter, sin saber dónde están, quién se los llevó, cuando
volverán a casa.
La desaparición de Carolina Garzón, la desaparición de los
mal de 1700 hombres y mujeres que aún no vuelven a casa, suponen experiencias
traumáticas que marcan un antes y un después en la vida de sus familias, de sus
amigos, de sus afectos. Implican “un
cuestionamiento profundo del sentido de la vida y se vuelven, en muchas
ocasiones, inenarrables. Las victimas no encuentran palabras para expresarlas”[1].
El estigma, las perdidas económicas o la desagregación social, son algunas de
las consecuencias que deben enfrentar las victimas.
El Estado ecuatoriano deberá responder por la falta de
diligencia en la búsqueda e investigación de Carolina Garzón, por la ausencia
de un enfoque psicosocial y reparador, por esta impunidad que minó la vida de
Walter Garzón, compañero, amigo, defensor de derechos humanos.
En memoria de Walter Garzón, por el profundo respeto a su
lucha digna y solidaria, por amor a Carolina, por amor a nuestros
desaparecidas/os, seguiremos luchando, visibilizando, escribiendo y validando lo que el
poder quiere negar, irrumpir e invisibilizar.
Alba Ardila y Walter Garzón en Quito difundiendo la desaparición de Carolina. |
Barrido por el sector Paluco - Monjas, lugar donde desapareció Carolina Garzón. Foto: La Hora |
Walter Garzón logró obtener un espacio en Rayuela Radio para abordar la problemática de la desaparición. |
Walter coloca afiche en el barrio Paluco, en la ciudad de Quito. 4 de agosto de 2012. |
Walter Garzón en la Plaza Grande. |
Plantón en la Plaza Grande los días lunes. |
Plantón en los exteriores de la embajada de Colombia en Ecuador, 12 de agosto de 2012. |
Contacto:
Telmo Pacheco 098770486
Lidia Rueda: 0980681253
[1] BERISTAIN, Carlos Martin, Manual sobre perspectiva psicosocial en la investigación de derechos humanos, Instituto Nacional de Estudios sobre Desarrollo y CooperaciónENTRE LA INCERTIDUMBRE Y EL DOLOR Internacional (Hegoa), Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), Bilbao, 2010, pág. 12.
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